El asunto no es quien posee a título individual la mayoría de una empresa, sino que al final del día, la plataforma sigue siendo de gestión privada y está en competencia con otras. En síntesis, el capitalismo.
Los límites en todo caso tienen que ser legales, no de ética personal de quien gestiona la plataforma. Y la regulación tiene que basarse en derechos humanos, no en los gustos y convicciones personales del empresario.
El problema acá no es Elon, es que sistemáticamente las plataformas nos han quitado capacidad de decidir qué información consumir y cómo. Si esas capacidades se restituyeran, se pondrían en riesgo las ganancias publicitarias.
Por eso no va a ser la ética de un empresario o el otro el que cambie estas dinámicas. Todos por igual están bajo la lógica de valorización del capital. Si queremos un programa ético y de defensa de los derechos en línea, debemos formularlo y pelearlo.
Algunos puntos, para mi, serían: liberar el código, protocolo abierto que permita interoperar con otras redes, línea de tiempo cronológica y que luego cada cual pueda elegir sus prioridades por temas o cuentas favoritas. Información no impulsada por algoritmos.
Capacidad de migrar a otra plataforma con mis datos. Que los datos no sean retenidos para crear oscuros perfiles publicitarios. En fin, autonomía para informarnos.
Mucho de esto ya existe en #Mastodon y en el fediverso más amplio. Está genial moverse para allá, pero no para boicotear a Elon, sino para tejer las redes que realmente queremos habitar.